sábado, 28 de diciembre de 2019


Cuando pasas por la carretera que le da acceso, su imponente presencia se hace notar y tu cuello se vuelve automáticamente para mirar aquellos azulejos azul y blanco, la obra a vista tan bien dispuesta como si fuera el paño de fondo para la preciosa y rebuscada decoración que adorna los ventanales. Creo que hasta las personas del principio del siglo jamás se acostumbrarían a tanta hermosura, jamás les pasaría desapercibido aquel conjunto que mucho más que curar a los que allí estaban ingresados, sanaba los ojos de los transeúntes que por allí pasaban carentes de la visión de la belleza.
A la izquierda, placa de hierro en el suelo delante de las rejas de la entrada que informa la fecha de inicio de la construcción. A la derecha, fecha de inauguración fijada en la fachada del edificio.
El Institut Pere Mata fue construido entre los años de 1897 a 1906 por el arquitecto Lluis Domènech i Montaner, con la colaboración de varios artistas, artesanos, ebanistas, y otros profesionales que juntos supieron dar lo mejor a aquel que sería hasta el año de 1986 un instituto de sanación de enfermos mentales.
A día de hoy, el Instituto está constituido por 19 pabellones y este del que aquí tengo el placer de enseñar algunos de sus detalles, que pude captar con las lentes de mi cámara, es el pabellón denominado en su día «Pabellón de los Distinguidos», por ser el destinado a la clase más adinerada.
La arquitectura es del Modernismo Catalán, y traduce en sus fachadas e interiores una manifestación un tanto original del estilo Art Nouveau, que en esa época se encontraba en su apogeo. 
Actualmente se accede por la parte posterior de la edificación, pero no te das cuenta porque eres abrazado por un amplio jardín y una fachada que te quita el aliento por la hermosura de sus detalles.

El Instituto visto desde la entrada.
La fachada está plegada de elementos decorativos neogóticos, y otros que son típicos del estilo Art Nouveau, en ese edificio interpretado por el Modernismo Catalán.
La parte central de fachada ostenta un pórtico cuya galería está sostenida por columnas que poseen un capitel de flores y su interior está revestido de azulejos pintados a mano a media altura, que van hasta los marcos de las puertas y ventanas que tienen su acabado en la parte superior con un rectángulo, también de azulejos. 
Los muchos ventanales que se ven dan al interior de un gran pasillo que recorre todo el segundo piso, permitiendo que la luz natural entre por prácticamente todo el edificio. 
La parte más avanzada de la fachada está ricamente adornada por paneles de azulejos azul y blanco enmarcados por preciosas estructuras en estilo neogótico.  Llaman mucho la atención las dos figuras talladas en forma de leones alados en las dos esquinas. La rosa, símbolo de la ciudad de Reus, está presente en todo el edificio, tanto por fuera como por dentro.

El pórtico con su galería decorada con azulejos pintados a mano, y puertas enmarcadas por elementos decorativos.
Azulejos y cerámica que decoran la galería del pórtico de la fachada.
En la parte avanzada de la fachada se ve un riquísimo trabajo en estilo Plateresco que contiene azulejos decorados en azul y blanco. La figura femenina pintada simboliza un ángel. El motivo de rosas siempre presente, figura en la bandera de Reus.
Los leones alados destacan el escudo de Reus (con la rosa y la corona). Están ubicados en las dos esquinas de la parte más avanzada de la fachada, y abajo del panel de azulejos que contiene figuras femeninas pintadas en estilo Art Nouveau.
El interior del pabellón está dividido entre áreas de entretenimiento, un salón comedor y el gran pasillo que lleva a las habitaciones.
El acceso actual es por un pequeño atrio. A su derecha, las escaleras, y delante del atrio la sala de juegos donde antaño se jugaba a cartas, ajedrez y billar. La sala de juegos está decorada con paneles de madera de roble que  rodea toda la estancia a media altura, adornada con marquetería de rosas que también aparecen en el esgrafiado de la pared y en el techo curvo, adornado con pintura hecha a mano en los azulejos que los revisten, y del que cuelga una enorme lámpara del típico diseño de la época industrial.

La primera estancia después del atrio es la sala de juegos. Aquí se ven el techo curvo decorado, los paneles de madera de roble que revisten toda la sala, y la formidable lámpara que cuelga del techo sobre la mesa de billar.
La lámpara de la sala de juegos, hecha en hierro forjado, tiene hacia 50 cm de diámetro cada una de sus cúpulas.
Saliendo de la sala de juegos, a la izquierda, está el más espectacular salón del edificio: la sala noble. Es un recinto casi cuadrado y rodeado en su parte superior por una balaustrada, formada por pequeños balaustres de cristal amarillo con una espiral de hierro forjado en su interior y un pasamano de madera. En esa galería un grupo de músicos de la ciudad entretenía a los internos con un concierto o baile todos los domingos.

La magistral sala noble, con su balaustrada, vitrales coloridos, techo decorado con mosaico y cerámica, paredes con cerámica pintada a mano, esgrafiado recubriendo la parte alta de las paredes, y los mosaicos al fondo detrás de las columnas.
La balaustrada y un detalle de los balaustres en cristal amarillo con hierro forjado dentro.
Detalles del techo de la sala noble.
Los mosaicos de las paredes y del piso de la sala noble.
La siguiente estancia es el comedor, una sala con capacidad para 50 personas. La comida llegaba hasta la sala a través de una abertura que conecta con el exterior, pues la comida venía de otro pabellón y era distribuida por todo el edificio.

El comedor está decorado con mosaicos de naranjas en las paredes y en el armario, pintado en los azulejos que decoran el techo junto con aplicaciones cerámicas que, así como en la sala de juegos y en la sala de estar, forman cintas que recuerdan a los arcos típicos modernistas o las vigas de una bóveda de crucería. En el cruce de cada cinta hay una flor dentro de un círculo.
En una de las paredes hay ventanales muy altos y verticales tapados con vidrieras y que terminan en forma de arco levemente apuntado, como ocurre en casi todas las ventanas que dan para el exterior. Los armarios, hechos a medida para el espacio, así como los demás muebles de todos los ambientes del edificio, también están adornados con marquetería. En el comedor también cuelga desde el techo una preciosa lámpara de hierro forjado y cristal soplado con bombillas que representan naranjas. Un espectacular trabajo con cerámica pintada a mano reviste las paredes hasta media altura; las columnas tienen un detalle en cerámica en sus esquinas —un motivo vegetal que termina en voluta— y el esgrafiado reviste todo el resto de la pared hasta el techo.

Las fotos abajo muestran una de las paredes del comedor con los muebles buffet y la pared revestida con esgrafiado.
Una de las paredes del comedor, y sus muebles buffet decorados con mosaico de naranjas.
El esgrafiado del comedor.
Detalles del techo del comedor.
Detalles de la cerámica y del esgrafiado de las paredes del comedor.

Pasamos al segundo piso, subiendo por escaleras decoradas con azulejos pintados a mano, con una ventana cuya vidriera está hecha con filetes de plomo y estructura en hierro, lo que impide que los internos las rompan. Los peldaños tienen su altura revestida por cerámica de color mostaza en relieve.

Cada habitación está decorada de forma exclusiva, es decir, no hay dos iguales, así como sus baños y la sala que la precede. Hay pintura en el techo y en las paredes que hacen juego con el diseño de los muebles, siempre acabados en preciosa marquetería. El suelo está revestido de ladrillo hidráulico, también con diseño exclusivo para cada habitación. Se accede a ellas por el gran pasillo que tiene vistas al gran jardín de la entrada. El váter y el lavabo son de cerámica blanca pintada, según la moda de la época. Algunas habitaciones que no tienen cuarto de baño adjunto, poseen armarios con lavabo integrado. El espacio es ancho y siempre hay una ventana que da al exterior. Algunas habitaciones que albergaban pacientes en estado más crítico tenían una pequeña abertura con rejas de madera a través de la cual podía ser observado por un cuidador. 

Como decían las personas en la época de uso del pabellón «te sentirás como si estuvieras en un hotel de lujo». Lo mejor en decoración y comodidad fue destinado al Pabellón de los Distinguidos, inflando el presupuesto de tal manera que el pabellón de las mujeres no pudo ser construido, así que un edificio exclusivo para hombres albergaría mujeres con el pasar del tiempo.
El Instituto Pere Mata dispone hoy de otros pabellones en uso, atendidos por el servicio público de salud. Es un centro de referencia en tratamiento psiquiátrico en Europa. Actualmente, el Pabellón de los Distinguidos es visitable y tiene un uso cultural, no asistencial.

Nos asombra la forma cómo los internos eran bien tratados en esa parte del centro, en relación a la calidad de las instalaciones, cosa que parece imposible en los días actuales, a pesar de todos los estudios que revelan que la calidad visual y ergonómica del ambiente influyen directamente en la recuperación del paciente.

Poder apreciar una edificación histórica de esa magnitud es todo un privilegio. 
Disfrute, a continuación, de algunas fotografías más del espacio. ¡Salud!

La escalera ricamente decorada que da acceso al segundo piso, y el pasillo del segundo piso que da acceso a las habitaciones.
Las salas que preceden las habitaciones del segundo piso.
Algunos de los ladrillos hidráulicos de las habitaciones. Cada una tiene un diferente.
Todo el mobiliario está hecho a medida para cada ambiente, y todos poseen tela de calidad y marquetería.
Armarios - algunos de ellos poseen un lavatorio en su interior.
Contornando el techo de todos los recintos hay pinturas a juego con el piso de ladrillo hidráulico y los muebles.
El techo también está decorado con los mismos motivos.
Pinturas y muebles exclusivos para cada habitación.
Todas las ventanas tienen vidrieras coloridas.
Las puertas también tienen vidrieras coloridas.
Fotografías: Maria Pilar Arantes
Institut Pere Mata - Reus - Cataluña

jueves, 28 de noviembre de 2019

Hay grandes joyas urbanas dispersas por nuestro entorno, ocultas en rincones, o disfrazadas de casas comunes por todos os lados en Cataluña.

Por suerte, o por visión, tenemos un buen sistema de preservación del patrimonio histórico, el cual llevan a cabo los ayuntamientos después de que iniciativas privadas o asociaciones trajeron a luz su importancia. En el pueblo del Alcover hay más una de esas joyas...Qué placer pasar una tarde en el Museu d'Alcover!

El Museu d'Alcover fue fundado por el alcoverenc Andreu Barbarà Camafort el año 1967 en una antigua torre medieval del Portal de Sant Miquel. En el año 1975 se trasladó a la casa noble Ca Batistó, un edificio histórico del siglo XVII, que en su último uso particular uso albergó la familia Andreu que la construyó en 1682 sobre un edificio más antiguo del cual aún se puede ver tres arcos góticos en el vestíbulo.

Del período de transición del siglo XIX al XX, la casa ofrece al visitante una hermosa visión de cómo era la partición de la casa señorial burguesa, su decoración de interiores incluyendo sus muebles, objetos y accesorios, conocer sus costumbres y el ritmo de la vida de la gente de un pasado no muy lejano.

Además de la excelente preservación, el museo intenta ser lo más interactivo posible, usando recursos de video y de pasar pantallas en tótems de información disponibles en cada ambiente. Percibimos en Ca Batistó como la tecnología que fue impulsada a finales del siglo XIX transformó los hogares en espacios cada vez más confortables, y ayudó de cierta forma a transformar el papel de la mujer en la sociedad moderna.

El Museo también alberga importante colección de fósiles, y espacio educativo para niños y jóvenes. Pero quiero concentrarme en ese texto en la casa, las costumbres y la vida burguesa de principios del siglo XX en Cataluña, pues por la casa conocemos a sus dueños, ¿no es verdad?
Es en el segundo piso que todo empieza a tomar sentido. Cuando entras en el salón principal, que da salida a todas las demás habitaciones de la casa, percibes bien la organización de la vida y la visión estética de ese momento de abundancia de algunas familias.

Imagen 1: salón principal que da para otras estancias.
Imagen 2: salón principal que da para otras estancias.
El salón principal es ricamente adornado con pinturas que decoran todas las paredes. El techo posee precioso artesonado también pintado. Los colores son variados: rosa  en detalles, beige, y verde, pero no muy saturados, lo que hace con que el colorido sea más romántico y sofisticado que dinámico. También se añade el color azul marino, que convierte el ambiente en un poco más formal, más fuerte. Los diseños de las pinturas tienen una referencia clásica: griegas, flores y mucha simetría, pero también se percibe ya la influencia del estilo Art Déco en unos detalles  geométricos principalmente en las esquinas de los cuadros y la franja que rodea el techo. El mármol, piedra siempre noble, reviste el piso, la chimenea y algunos otros detalles. La idea tradicional de que todo el espacio debe estar revestido y bien acabado para representar la abundancia financiera, cobra sentido allí.

Imagen 3: detalles de las pinturas de las paredes.
Imagen 4: detalles de las pinturas del techo.
Una de las puertas da acceso a la alcoba. La típica alcoba burguesa, con su ante sala separada de estancia destinada a la cama por una pared delgada, con contorno en diseño curvilíneo clásico. En esa habitación, encontramos a objetos del vestuario de los antiguos dueños y otros de moda en su día, y se percibe el retrato de la indumentaria de la mujer que empezaba a liberarse en el principio del siglo XX bajo los ideales del Art Déco.

Un tótem con pantalla interactiva te invita a caminar con tus dedos y ojos un poco de la vida cotidiana de la mujer de aquellos tiempos.

Una gorra típica de la mujer moderna está expuesto al lado de un traje con pantalones, y un bello video simulando antigüedad exhibe en la pared de la alcoba el complicado y demorado ritual de vestirse de una dama (y puede ser visto en la web del museo).
Imagen 5: la alcoba.
Imagen 6: pantalla de tótem sobre la mujer moderna.
Imagen 7: pantalla de tótem sobre la mujer moderna.
Imagen 8: los típicos cuadros enmarcados, y la gorra de la mujer moderna.
Imagen 9: el traje de deporte de la mujer moderna.
Los muebles y los objetos de utilidad cotidiana siguen el diseño de la época: restos de la estética Art Nouveau o el ya incorporado estilo Art Déco que dominaba el principio del siglo. Pero en España, el referencial clásico aún era también muy fuerte en esa época, lo que se percibe en varios muebles por su diseño.

Imagen 10: objetos del cotidiano.
Imagen 11: objetos del cotidiano.
Mire el video de la cortina de la habitación. La clásica renda y la forma de atar: 

Es espacio de culto siempre fue importante para las familias católicas españolas. Fuera un simple oratorio, o toda una capilla dedicada a la Virgen y el Niño y más algunos Santos, tener devoción, desarrollar la espiritualidad era parte no solamente de confesión de fe, sino también de carácter —pues "ser cristiano" ya fue visto como señal de integridad.
Imagen 12: la capilla de la Ca Bastitó está ubicada en una de las habitaciones.
Los avances de la ingeniería se podía observar mejor en las áreas de servicio y higiene: la cocina y el baño.

En la cocina la novedad era la entonces llamada "cocina económica", que usaba un sistema de tuberías que calentaba el agua de la propia cocina y del baño a través de calderas para depósito del agua calentado por el sistema a gas, en vez de carbón, y eso suponía un gran ahorro de energía. Pero también habían las cocinas mixtas que utilizaban gas y carbón. 
Imagen 13: la cocina de Ca Bastitó.
Imagen 14: cartel de publicidad sobre las cocinas económicas, de 1924. (Fotografiado de la pantalla del tótem)
Otro aspecto muy importante era lo del sistema de saneamiento, que a principios del siglo XX prácticamente no había para los pueblos. En Ca Bastitó un nuevo sistema de desecho de las evacuaciones fue incorporado a la casa en los años de 1960. 

La decoración de los lavabos seguía la moda de época: la decoración con pintura esmalte en las piezas sanitarias y las paredes con revestimiento cerámico.
Imagen 15: lavabo de la Ca Bastitó y cartel publicitario de lavabos, duchas, baños y orinales
Imagen 16: lavabos y wáter en cerámica esmaltada ornamentada.

Figura 17: el entorno del museo.
La Ca Batistó ofrece una hermosa visión de la vida artística e intelectual de la época, cuando el movimiento modernista, tan importante en Cataluña cambió muchos patrones estéticos en las artes visuales, la arquitectura y la literatura. Una vuelta en el tiempo en que se empezaba a aprender a vivir con el nuevo ritmo que la tecnología imponía, pero aún con la calma y disfrute que aquellos tiempos aún permitían.
Imagen 18: fachada del museo y Ca Batistó.


















Fuente de las fotos e imágenes:
Todas las fotos (excepto la 9) - Maria Pilar Arantes, sacadas en el Museu d'Alcover.



sábado, 26 de octubre de 2019

Amediados del siglo XIX en Inglaterra, un grupo de artistas, arquitectos, diseñadores, escritores, artesanos y filántropos tenían en común su preocupación por la inminente pérdida de calidad y especialmente de personalidad a la que el diseño y la artesanía se vieron sometidos bajo la creciente y aterradora industrialización.

El objetivo de ese grupo de idealistas era el deseo de revivir y restaurar la dignidad de la artesanía tradicional y poner las artes a disposición de todas las personas, independientemente de su condición financiera.

En ese momento, el ideal de belleza pura y simple tenía como referencia la artesanía de la Edad Media, cuando todo, absolutamente todo, pasaba por las manos de los artesanos y tenía como materia prima elementos de la naturaleza. El hombre tenía una comunión total con los alrededores y el mundo natural, viviendo y sobreviviendo gracias a él. Desde la diversión hasta la comida, se trataba de algo que los rodeaba. El ritmo de vida era más lento, respetando los tiempos de la naturaleza y la capacidad de producción del artesano. Se sabia esperar.
Imagen 1: Arts & Crafts
William Morris (1834-96) fue el diseñador, pintor, poeta y reformador que dio voz al movimiento llamado Arts and Crafts, traducido del inglés, Artes y Oficios, la máxima expresión de este ideal, pues las Artes deberían ser rescatadas por la tradición de las artesanías medievales en aquel momento, dentro de una nueva sociedad, con nuevas costumbres, nuevas técnicas e inevitablemente nuevos materiales.

El movimiento dejó profundas huellas en el pensamiento de la época, elevó el estatus del artesano y alentó el respeto por los materiales y tradiciones populares, e influyó en la estética posterior dando alas a movimientos como el Art Nouveau y el Art Déco. Pero ese objetivo de hacer que el buen arte y el diseño fueran accesibles para todos no se ha logrado en su mayor parte. Dado el suministro de grandes cantidades y precios bajos de la industria, tener un producto "cocinado a fuego lento" por un diseñador o arquitecto se volvió viable solo para aquellos con mucho dinero.

Después de 160 años de industria a toda velocidad y tecnologías que han permitido la creación de plásticos y otros productos sintéticos que originalmente no existían en la naturaleza, el mundo es muy diferente. William Moris y sus compañeros se asustarían. La nanotecnología ha permitido hazañas inimaginables hace más de un siglo, y apuntan a cosas increíbles en el futuro.

Desde la década de 1940 hasta la década de 1980, el deslumbramiento con el producto sintético que permitió la elaboración de productos de utilidad con formas que nunca se pudieron obtener con madera, o con una ligereza que el peso del hierro no permitió, han fascinado y cautivado a la población, aportando aún más fuerza a la industria por la ya consolidada enfermedad del consumismo.

Finalmente, en la década de 1990, el comercio entre países fue abierto, estaba organizado, fuerte y el intercambio no solo de tecnología, sino también de cultura fue algo capaz de abrir los ojos del ser humano más modesto. A menudo se olvidaba o despreciaba su propia cultura, ensalzando la de otros países: ¡estos eran tiempos de marketing!
Imagen 2: Contenedores y residuos
Ya a mediados del siglo XX, el planeta se encontraba en un proceso increíblemente rápido de descomposición, y los desechos y contaminantes invadieron todos los espacios terrestres, las aguas de los ríos y los mares, y el aire se volvió insalubre en muchas partes del mundo. Poblaciones enteras comenzaron a vivir de los restos que dejó el consumismo desenfrenado de una masa cegada a su responsabilidad con el planeta. Las reglas del mercado estaban completamente reestructuradas, y los grandes gigantes de la industria absorbían a los pequeños o los obligaban a reinventarse. Surgían nuevos segmentos comerciales y otros desaparecían. La conciencia ecológica se desarrolla como una disciplina científica y ética.

Pero ya estamos en la segunda década del siglo XXI. ¿Y ahora qué sucede en nuestras mentes, nuestra percepción del valor, nuestra percepción estética?

En 1947, el historiador Fritz Saxl (1890-1948) dio una conferencia a estudiantes de la Universidad de Reading sobre sus estudios de iconografía, y dijo que "las imágenes que tienen un significado especial en su tiempo y lugar, una vez creadas, ejercen un poder magnético de atracción sobre otras ideas en su esfera que puede ser repentinamente olvidado y recordado nuevamente después de siglos de olvido ".
Pues esto es exactamente lo que Saxl dijo que creo que sucede en nuestro momento presente. Así que creo que estamos viviendo un nuevo movimiento de Artes y Oficios, pero con todas magia novedosa de un mundo que ya no puede revertir ciertos aspectos tecnológicos que son parte de la cultura y la experiencia estética acumulada.
Tras pasar 160 años del pensamiento de William Moris y sus compañeros sobre la importancia de rescatar el aspecto más artesanal y auténtico de la cultura de cada región, el contacto con lo natural ha vuelto a las mentes de muchos arquitectos, diseñadores, pintores y artesanos de todo tipo.
Vemos desde grandes empresas hasta profesionales independientes solitarios dedicados a una producción que involucra a su cliente en una atmósfera que le brinda con el placer del producto desarrollado de manera artesanal, diseñado especialmente para él y que le da la sensación de contacto con lo natural, con su propio origen, valorando las tradiciones de su cultura. Citaré un ejemplo nacional y otros de Brasil.

Como ejemplo de grande empresa, tenemos la brasileña Natura. Su principal estrategia de marketing es diseñar productos de belleza sostenibles. Es decir, que en la cadena de producción, desde la obtención de la materia prima que valora la naturaleza local (especialmente de la Amazonía brasileña - castañas, açaí, pitanga, etc.), a través de las condiciones de contratación de la fuerza laboral compuesta por personas que ya han recolectado o procesado esos productos, hasta la fabricación, distribución y disposición de los productos, haya el cuidado con el medio ambiente, responsabilidad social y distribución justa de los ingresos. Hoy, los ricos y los no ricos pueden y quieren comprar sus productos.
El llamado para su nueva fragancia dice lo siguiente: “El proceso de producción de Ekos Alma es totalmente diferente. La "priprioca" se envejeció en madera amazónica durante un año, lo que aporta características olfativas diferenciadas con cada cosecha ”. Es una forma de llevar artesanías a la gran masa de personas. Creo que esta compañía logró lo que William Morris quería.
Imagen 3: Natura
En el área de producción de muebles, la empresa FORMUS de Santa Catarina, Brasil, dirigida por la arquitecta Cláudia Silvestre, ha apostado durante mucho tiempo por su eslogan "muebles + arte". También hace las siguientes llamadas a la filosofía de la empresa, tal como se lee en su sitio web: "La casa es un nido. ¡Rediseñamos la lógica industrial! Modelo de organización híbrida: artesanía + industria | Trabajo colaborativo, estado del arte en diseño | fablab industrial | autoría | Productos relevantes en contenido e historia ". Es decir, es una carta de intenciones que deja en claro que los productos finales de la compañía, aunque contienen partes que son el resultado de la producción a gran escala, contienen una parte importante del proceso que es artesanal y personalizada para el cliente. Es la necesidad de la presencia del trabajo artesanal, que es el único que realmente puede dar ese aire de exclusividad.
Imagen 4: Formus
La empresa española GAN tiene un segmento de alfombras artesanales, para lo cual sus diseñadores crean pensando en usar materia prima y artesanía especializada, produciendo las alfombras donde viven los trabajadores para no tener que sacarlas de su contexto ; y así la empresa no se convierte en una copiadora de patrones y estilos de otras culturas. También producen con colectivos, como las cooperativas de mujeres artesanas.
En su sitio web, dicen: "GAN es artesanía y diseño. GAN es una marca firmemente arraigada en diseño y basada en productos hechos a mano. Todos nuestros productos están hechos en India por artesanos expertos que solo usan fibras naturales: algodón, lino, yute, seda y lana. El valor de lo que está al alcance de la mano, lentamente, pieza a pieza, es lo que nos distingue y nos define ".
Di una charla sobre el mercado de alfombras y usé GAN como caso de estudio. Puedes ver el video de conversación aquí: https://www.youtube.com/watch?v=e71JZxkvaRs
Imagen 5: GAN Alfombras
Y de las grandes y medianas empresas, podemos pasar al pequeño artesano, el que desarrolla su trabajo solo, a veces al consumidor directo, a veces para grandes empresas a encargo.
La ilustradora Águeda Horn trabaja para la gran empresa Folha de São Paulo, en Brasil, produciendo obras en tela, que incluyen costura y collage. La presencia del trabajo informático ya es una constante en nuestras vidas, y estamos casi acostumbrados. El regreso a un tipo de trabajo tan ingenuo pero meticuloso y creativo que utiliza materiales que están disponibles para cualquiera nos pone en la boca el gusto por lo más natural, por lo original, nos recuerda a las nuestras raíces, y luego nos sentimos otra vez pisando en tierra firme (no virtual).
Imagen 6: Trabajos de Águeda Horn.
Carlos Meira produce carteles y todo tipo de publicidad en papel. Se llama escultura en papel. Solo con papel, tijeras, pegamento y pintura, crea imágenes realistas o estilizadas para empresas y grupos grandes, con una calidad que solo la mano humana podría dar a materiales tan delicados como el papel. ¿Y por qué las grandes empresas que pueden permitirse el trabajo de alta tecnología deciden contratar a un artesano que trabaje con un tiempo de confección mínimo e inevitable y que solo puede producir uno a la vez? ¿No crees también que hay algo que nos atrae continuamente a nuestros orígenes como un poder magnético irresistible, como dijo Fritz Saxl?
Imagen 7: Trabajos de Carlos Meira
El trabajo artesanal trae consigo la idea de que "fue hecho para mí". Rescata orígenes, recupera nuestra identidad y nos acerca a lo más humano, lo táctil, los aromas, colores y sabores que ofrece la naturaleza. Y hay personas que lideran compañías o ellos mismos y que están preocupados con eso, al igual que William Morris a mediados del siglo XIX.

Así que creo que estamos viviendo un segundo movimiento de Artes y Oficios "al estilo" del siglo XXI. No despreciamos la tecnología, lo apreciamos. Pero extrañamos algo más que no proviene de las máquinas. Siempre tendremos nuestra visión estética, desde las cuevas que ya decoramos nuestro entorno.

Este es el siglo en que vivimos, y es bueno que no hayamos olvidado el lado bueno del pasado. Hemos podido repensarlo, reinventarlo y adaptar nuestras primeras necesidades a las demandas del presente. Y creo que este es nuestro nuevo momento para valorar la individualidad, sin el fantasma de la exclusión, por el contrario, apoyando a los colectivos que rescatan la pureza y la naturalidad de los sentidos humanos.


Fuente de imágenes y citas:

Origem das imagens e citações:
https://galeriasdeartebarcelona.com/arts-and-crafts/
https://freeimages.com.es
https://www.natura.com.br/
http://formus.com.br/
https://www.gan-rugs.com/es/gan-handmade/
http://aguihorn.blogspot.com/
https://www.carlosmeira.com/
Y también: DEMPSEY, Amy. Estilos, escolas e movimentos. São Paulo: Cosac & Naify, 2003.

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