viernes, 22 de mayo de 2020


Hay espacios que callan y espacios que gritan. Hay la arquitectura del silencio y la arquitectura de la agitación. La arquitectura, con su poder para hacer hablar y para hacer callar, puede alcanzar a todos, a cualquiera, incluso en distintos momentos de sus vidas.

Cuando yo era joven, alucinaba con la arquitectura barroca; hoy, cuando ya cumplí más de la mitad de mi camino, me encantan las iglesias románicas; pero aquellas muy sencillas, las que ya no tienen ninguna capa de color que pueda disfrazar su interior, su forma más pura de ser.
Cuando joven, iba a discotecas; la música alta escuchada con los ojos cerrados, danzando después de beber algunas birras me llevaba a un estado que yo creía ser placentero. Al día siguiente mi cuerpo señalaba que aquel tipo de placer pasaba factura muy rápido. Cuantas y cuantas veces vino el farmacéutico anciano de mi barrio darme inyecciones para que se parara el mal estar de los excesos de la noche anterior…

Ahora que ya caminé tanto, lo que me encanta es el silencio. Pero aún adoro ciertos sonidos como de las olas, de los árboles en días de tempestad, de los truenos, de los pájaros, el maullido de mi gata…me encantan los sonidos de la naturaleza.

En lugar de irme al edificio de la discoteca, siempre que puedo me voy al edificio de la fe. Si, la fe. La creencia de que algo que no se ve, existe. Y ese edificio, que a menudo es una iglesia románica más sencilla, tiene su ensordecedor y maravilloso silencio que necesito para, al día siguiente, despertarme renovada por la tranquilidad que calmaba mi mente mientras meditaba en su interior.
En una iglesia románica vacía, si gritas allí dentro oirás tu propia voz reverberando alto, y percibirás cómo el ruido es, no solo innecesario, pero sobre todo molesto. Percibes como tú mismo puedes molestar con tus ruidos, a ti y a los demás. Te das cuenta del importante que es callar la mente a menudo para poder restablecer al menos una pequeña parte de tu conexión con los instintos más básicos que la naturaleza propició al hombre, de los cuales nos fuimos alejando por culpa de los ruidos.

Hay una clase de ballenas que viaja miles de kilómetros una vez al año para legal en el mismo minuto que un cardumen de diminutos peces que les dará alimento para otro gran viaje (sí, yo dije minuto, pero no como una exageración, pero como dato científico). ¿Quién les enseñó tal hazaña y les señaló el momento exacto? Es esa clase de conexión con la naturaleza a la que me refiero que fuimos perdiendo a lo largo de nuestra existencia, ahogados en un pantano de ruidos. ¡Cuántas proezas seríamos capaces de realizar si restauráramos nuestro silencio original, el hombre original!

La arquitectura silenciosa te ayuda a poner en su sitio algunas de las piezas del rompecabezas de nuestra existencia. Hace tiempo que no voy a una iglesia románica solitaria, tal vez se esa la causa de tantos ruidos en mi cabeza. Hecho de menos la soledad que la arquitectura del silencio me puede permitir.
Iglesia del Monestir de Sant Pere, Besalú, ES. Siglo X. Foto: Maria Pilar Arantes.

Iglesia de San Vicenç, Besalú, ES. Siglo X. Foto: Maria Pilar Arantes


sábado, 2 de mayo de 2020


Hace tiempo que digo creer que estamos viviendo una especie de 2º Movimiento Arts & Crafts, aquellas bases idealista que fueron propuestas a finales del siglo XIX inicialmente por William Morris (1834-1896), y que se esparcieron por varios países de Europa continental y Estados Unidos.

Mientras que los artistas del Arts & Crafts del siglo XIX estaban asustados con la pérdida de la funcionalidad y calidad de los productos hechos por la industria (más interesada en el volumen del que en el buen resultado), nosotros, los que vivimos en el primer cuartel del siglo XXI, en todas las partes del mundo, estamos asustados es con la posibilidad de la pérdida de identidad.

En este “instintivo” 2º Movimiento Arts & Crafts mundial la identidad de cada país, ciudad o aún el más sencillo poblado es exaltada casi que naturalmente como una necesidad de afirmación de la importancia de mantenerse en la memoria y materializar nuestras historias, nuestras raíces, los hechos de nuestros antepasados que moldearon nuestra personalidad, nuestro modo de vida, tantas cosas de nuestra cultura y nuestros valores. Felizmente estamos cada vez más conscientes de lo cuanto es preciosa la diversidad , la belleza en la diferencia, la suma de las partes.
Joana Vasconcelos - collage de fotos (Fuente de las fotografías: Instagram de la artista).
Pues es sumando las partes de espectaculares trabajos en crochet, en tricot, de costura la mano que la artista plástica portuguesa Joana Vasconcelos (París, 1971) reafirma el valor del trabajo artesanal y de la cultura regional en algunas de sus colecciones y series que ya fueron expuestas en los museos más importantes del mundo. Un trabajo que cuenta con la cooperación de decenas de artesanos, de cuyas manos hábiles son creadas las piezas que componen desde pequeños objeto a las gigantes e impresionantes instalaciones idealizadas por Joana.

Joana es una artista con una capacidad creativa y productiva impresionantes. Un criterioso sentido de organización procesual y logístico digno de una gran administradora. Esta cualificación tan racional de Joana Vasconcelos es una de las partes de su inteligencia multidisciplinar que permite que obras que envuelven procesos complejos sean realizadas. Pero es su inteligencia artística, emocional y creativa que da vida a sus ideas tan originales, osadas e inolvidables.
Artesanos de la equipe de Joana Vasconcelos trabajando (Fuente: Instagram de la artista).
Mirar los trabajos de Joana es un disfrute para los ojos y para a imaginación. Uno sin-fin de detalles por descubrir; obras que puedes pasar por dentro y en vuelta; formas que llevan a la pareidolia, provocan las imaginación y nuestra creatividad. A la vez, el espectador es convocado a la responsabilidad, y es llevado a reflejar sobre los impactos que nuestro modo de vivir genera en nuestra sociedad y en el mundo. La valorización de la cultura de Portugal, pero también de otros países es explícita y a la vez denuncia: inmigración, prejuicio, radicalismo, feminismo, consumismo, vanidad son algunos de los duros temas conjugados con bellísimos trabajos artísticos que pueden unir festividad y humor como contraste. Menea con tus entrañas, pero como su trabajo es hermoso, super bien acabado y creativo, no encuentras las escusas para huir de él e instintivamente eres llevado a reflejar acerca de su mensaje de fondo.

A partir de 2002 Joana parece entrar de cabeza en ese mundo Arts & Crafts, y comienza a incluir en muchas de sus obras trabajos artesanales de los más tradicionales como el tricot y costura de vestimentas típicas regionales, que dan forma la obras como “Blup” y “Burka”. Sobre esta última, Joana nos cuenta en su web: 

Un cuerpo constituido por varios tejidos, sucesivamente solapados, inspirado en un traje regional portugués - las siete faldas de Nazaré - es rematado, a partir del tope, por un último tejido: la burca, ropa de tradición islámica destinada a cubrir enteramente la silueta femenina. Este mismo cuerpo es repetidamente sujeto a movimientos alcista lenta y consecuente caída abrupta sobre un escenario - como los movimientos de la guillotina o del condenado a la horca.
Vea el vídeo de la instalación Burka haciendo clic AQUÍ 

Burka, 2002
Tejidos, hierro metalizado y termolacado , escenario de MDF pintado, cabos de acero, poliuretano, sistema eléctrico, motor, temporizador.
670 x 600 x 500 cm
Colección MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, León.
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)
Blup, 2002
Azulejos industriales, tricot de lana hecho a la mano, malla industrial, MDF
210 x 150 x 100 cm
Colección Fleiss, París
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)
En 2004 inicia su serie “Valquírias”, un trabajo impresionante que llegó hasta 2019 con 15 instalaciones diferentes, una por año, una para cada Valquíria. En este trabajo a artista contó con los artesanos locales para confeccionar las piezas que den forma a sus obras, culminando en el aspecto que, a mío ver, rescata este concepto más puro del “Arts & Crafts” de William Morris y sus contemporáneos sobre el trabajo artesanal. Un mensaje que llegó la diferentes países de Europa y al EE. UU., expuestas en los museos más famosos. Joana nos quiebre sobre esta serie en su web: 

Estos personajes femeninos de la mitología nórdica, encargues de seleccionar los más bravos y valerosos guerreros muertos en combate, sobrevolaban los campos de batalla montadas en caballos alados con el objetivo de reclutar los futuros guerreros de Odin, soberano del reino de los dioses. Suspensos a partir del techo, los enormes, extraños e distintos cuerpos textiles de las Valquírias de Joana Vasconcelos parecen también sobrevolar los espacios en prospección de materia noble para tareas divinas. Conocedora de la riqueza y de la importancia que la artesanía de Nisa alcanza en su máxima expresión, Joana Vasconcelos propuso, en estrecha colaboración con los artesanos locales, la creación de una obra que reúne algunos de los mejores ejemplares de los bordados y alfarería pedrada del municipio. Desplazando estos objeto impares de sus habituales funciones y subvirtiendo la familiaridad y domesticidad con que habitualmente nos son presentados, Joana Vasconcelos reinterpreta, a la luz de la contemporaneidad, los valores estéticos evidenciados a través de las diferentes técnicas y temas característicos de la artesanía nisense.
Joana Vasconcelos es una artista contemporánea que retrata nuestro tiempo a través de obras con una calidad que expresa su respeto por las personas y por la vida. Transpira creatividad, competencia y coraje en el abordaje de sus temas, sin herir, pero sabiendo que algunos saldrán tocados tras contemplar sus trabajos. 
Un “¡bravo!” para el hecho de que el arte sea cíclico, pero siempre se renueva! ¡Bravo! A William Morris, y ¡bravo! a Joana Vasconcelos!

Valquíria #1, 2004
Tricot y crochet de lana hechos a la mano, tejidos, poliestireno, poliéster, cabos de acero.
160 x 130 x 250 cm
Colección Manuel de Brito, Palacio Ángeles, Algés
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)

Valquíria Enxoval, 2009
Bordados de Nisa y otros bordados, aplicaciones en fieltro, renta de bilros, frioleiras, alfarería pedrada, tricot y croché de lana hechos a la mano, tejidos, aderezos, poliestireno, poliéster, cabos de acero.
400 x 530 x 1400 cm
Cámara Municipal de Nisa.
Obra producida con la colaboración de artesanas de Nisa.
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)


Valquíria Octopus, 2015
Croché en algodón hecho a la mano, aplicaciones en fieltro, malla industrial, tejidos, LED, aderezos, ventiladores, fuente de alimentación, cabos de acero.
1375 x 1630 x 3400 cm
Colección de la artista
Obra producida con la colaboración de artesanas de Nisa.
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)

Valquíria Simone, 2019
Croché de lana hecho a la mano, tejidos, aderezos, LED, poliéster, ventiladores, microcontroladores, fuente de alimentación, cabos de acero
965 x 1220 x 3051 cm
Colección de la artista
(Créditos de las imágenes: www.joanavasconcelos.com)
Visite la web de la artista y descubra más de ese mundo increíble: http://www.joanavasconcelos.com/menu_pt.aspx
Fotografía de capa: https://elcultural.com/joana-vasconcelos-juega-a-lo-grande

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