jueves, 28 de noviembre de 2019

Hay grandes joyas urbanas dispersas por nuestro entorno, ocultas en rincones, o disfrazadas de casas comunes por todos os lados en Cataluña.

Por suerte, o por visión, tenemos un buen sistema de preservación del patrimonio histórico, el cual llevan a cabo los ayuntamientos después de que iniciativas privadas o asociaciones trajeron a luz su importancia. En el pueblo del Alcover hay más una de esas joyas...Qué placer pasar una tarde en el Museu d'Alcover!

El Museu d'Alcover fue fundado por el alcoverenc Andreu Barbarà Camafort el año 1967 en una antigua torre medieval del Portal de Sant Miquel. En el año 1975 se trasladó a la casa noble Ca Batistó, un edificio histórico del siglo XVII, que en su último uso particular uso albergó la familia Andreu que la construyó en 1682 sobre un edificio más antiguo del cual aún se puede ver tres arcos góticos en el vestíbulo.

Del período de transición del siglo XIX al XX, la casa ofrece al visitante una hermosa visión de cómo era la partición de la casa señorial burguesa, su decoración de interiores incluyendo sus muebles, objetos y accesorios, conocer sus costumbres y el ritmo de la vida de la gente de un pasado no muy lejano.

Además de la excelente preservación, el museo intenta ser lo más interactivo posible, usando recursos de video y de pasar pantallas en tótems de información disponibles en cada ambiente. Percibimos en Ca Batistó como la tecnología que fue impulsada a finales del siglo XIX transformó los hogares en espacios cada vez más confortables, y ayudó de cierta forma a transformar el papel de la mujer en la sociedad moderna.

El Museo también alberga importante colección de fósiles, y espacio educativo para niños y jóvenes. Pero quiero concentrarme en ese texto en la casa, las costumbres y la vida burguesa de principios del siglo XX en Cataluña, pues por la casa conocemos a sus dueños, ¿no es verdad?
Es en el segundo piso que todo empieza a tomar sentido. Cuando entras en el salón principal, que da salida a todas las demás habitaciones de la casa, percibes bien la organización de la vida y la visión estética de ese momento de abundancia de algunas familias.

Imagen 1: salón principal que da para otras estancias.
Imagen 2: salón principal que da para otras estancias.
El salón principal es ricamente adornado con pinturas que decoran todas las paredes. El techo posee precioso artesonado también pintado. Los colores son variados: rosa  en detalles, beige, y verde, pero no muy saturados, lo que hace con que el colorido sea más romántico y sofisticado que dinámico. También se añade el color azul marino, que convierte el ambiente en un poco más formal, más fuerte. Los diseños de las pinturas tienen una referencia clásica: griegas, flores y mucha simetría, pero también se percibe ya la influencia del estilo Art Déco en unos detalles  geométricos principalmente en las esquinas de los cuadros y la franja que rodea el techo. El mármol, piedra siempre noble, reviste el piso, la chimenea y algunos otros detalles. La idea tradicional de que todo el espacio debe estar revestido y bien acabado para representar la abundancia financiera, cobra sentido allí.

Imagen 3: detalles de las pinturas de las paredes.
Imagen 4: detalles de las pinturas del techo.
Una de las puertas da acceso a la alcoba. La típica alcoba burguesa, con su ante sala separada de estancia destinada a la cama por una pared delgada, con contorno en diseño curvilíneo clásico. En esa habitación, encontramos a objetos del vestuario de los antiguos dueños y otros de moda en su día, y se percibe el retrato de la indumentaria de la mujer que empezaba a liberarse en el principio del siglo XX bajo los ideales del Art Déco.

Un tótem con pantalla interactiva te invita a caminar con tus dedos y ojos un poco de la vida cotidiana de la mujer de aquellos tiempos.

Una gorra típica de la mujer moderna está expuesto al lado de un traje con pantalones, y un bello video simulando antigüedad exhibe en la pared de la alcoba el complicado y demorado ritual de vestirse de una dama (y puede ser visto en la web del museo).
Imagen 5: la alcoba.
Imagen 6: pantalla de tótem sobre la mujer moderna.
Imagen 7: pantalla de tótem sobre la mujer moderna.
Imagen 8: los típicos cuadros enmarcados, y la gorra de la mujer moderna.
Imagen 9: el traje de deporte de la mujer moderna.
Los muebles y los objetos de utilidad cotidiana siguen el diseño de la época: restos de la estética Art Nouveau o el ya incorporado estilo Art Déco que dominaba el principio del siglo. Pero en España, el referencial clásico aún era también muy fuerte en esa época, lo que se percibe en varios muebles por su diseño.

Imagen 10: objetos del cotidiano.
Imagen 11: objetos del cotidiano.
Mire el video de la cortina de la habitación. La clásica renda y la forma de atar: 

Es espacio de culto siempre fue importante para las familias católicas españolas. Fuera un simple oratorio, o toda una capilla dedicada a la Virgen y el Niño y más algunos Santos, tener devoción, desarrollar la espiritualidad era parte no solamente de confesión de fe, sino también de carácter —pues "ser cristiano" ya fue visto como señal de integridad.
Imagen 12: la capilla de la Ca Bastitó está ubicada en una de las habitaciones.
Los avances de la ingeniería se podía observar mejor en las áreas de servicio y higiene: la cocina y el baño.

En la cocina la novedad era la entonces llamada "cocina económica", que usaba un sistema de tuberías que calentaba el agua de la propia cocina y del baño a través de calderas para depósito del agua calentado por el sistema a gas, en vez de carbón, y eso suponía un gran ahorro de energía. Pero también habían las cocinas mixtas que utilizaban gas y carbón. 
Imagen 13: la cocina de Ca Bastitó.
Imagen 14: cartel de publicidad sobre las cocinas económicas, de 1924. (Fotografiado de la pantalla del tótem)
Otro aspecto muy importante era lo del sistema de saneamiento, que a principios del siglo XX prácticamente no había para los pueblos. En Ca Bastitó un nuevo sistema de desecho de las evacuaciones fue incorporado a la casa en los años de 1960. 

La decoración de los lavabos seguía la moda de época: la decoración con pintura esmalte en las piezas sanitarias y las paredes con revestimiento cerámico.
Imagen 15: lavabo de la Ca Bastitó y cartel publicitario de lavabos, duchas, baños y orinales
Imagen 16: lavabos y wáter en cerámica esmaltada ornamentada.

Figura 17: el entorno del museo.
La Ca Batistó ofrece una hermosa visión de la vida artística e intelectual de la época, cuando el movimiento modernista, tan importante en Cataluña cambió muchos patrones estéticos en las artes visuales, la arquitectura y la literatura. Una vuelta en el tiempo en que se empezaba a aprender a vivir con el nuevo ritmo que la tecnología imponía, pero aún con la calma y disfrute que aquellos tiempos aún permitían.
Imagen 18: fachada del museo y Ca Batistó.


















Fuente de las fotos e imágenes:
Todas las fotos (excepto la 9) - Maria Pilar Arantes, sacadas en el Museu d'Alcover.



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