La preciosa cala de L'Estany en el pueblo costero de L'Ametlla del Mar inspira a gente como yo, que está siempre atenta a las señales que la Madre Naturaleza envía para despertar nuestros sentidos, lapidar nuestra sensibilidad y hacernos reflexionar sobre las grandezas y las pequeñeces de la vida.
Le dedico un humilde poema...
L'Ametlla del Mar
Ametlla, almendra, amígdala
Sea cual sea su etimología
Tus aguas gritan en las piedras
Como gritan mis pensamientos en mi cabeza
Veo a tus piedras, cáscaras de almendras
Soportaren la fuerza de tus aguas
Que se arrinconan en tus recónditos
Tus piedras son como los agujeros de mi corazón
Ahondados por las desilusiones de la vida
Por las esperanzas vanas que alimenté
Tus recónditos son como cuevas para mí, escondrijos
Reminiscencias de nuestros ancestros
Que te buscaban para tener protección
También quiero protegerme
Deseo seguridad contra las fuerzas externas
Aquellas que golpean mis pensamientos
Mis pensamientos son aguas agitadas que golpean a mi ánimo
A veces se lanzan con fuerza contra las rocas de mi juício
Después retroceden para dar descanso a mi alma
Pero no solo de agua y piedra está hecha la cala
Hay un precioso cielo, que hoy estaba muy azul
Y que como fuerza vital, renueva mis fuerzas
La almendra ya nació así
L'Ametlla también
Nadie culpa a nadie
Todo es vida, así es la vida, y no hay culpables
Fotos: Maria Pilar Arantes